Extractos de J. Krishnamurti (1895-1987).

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"Sólo el hombre trae desorden al universo. Es cruel y extremadamente violento. Dondequiera que se encuentre produce desdicha y confusión en sí mismo y en el mundo que le rodea. Lo devasta y destruye todo, no conoce la compasión. Carece de orden internamente y, por eso, lo que toca se vuelve corrupto y caótico. Su política ha llegado a ser un refinado gangsterismo de poder, de fraude personal o nacional, con un grupo contra otro grupo. Su economía es restringida y, por lo tanto, no es universal. Su sociedad es inmoral, tanto bajo un régimen libre como tiránico. No es religioso, aunque tenga creencias, practique cultos y pase por interminables rituales sin sentido.

¿Por qué se ha vuelto así, cruel irresponsable y tan completamente egoísta? ¿Por qué? Hay un centenar de explicaciones, y aquellos que lo explican ingeniosamente con palabras que brotan del conocimiento de muchos libros y de experimentos sobre animales, están ellos mismos atrapados en la red de la ambición, la arrogancia, la angustia y el dolor humanos. La descripción no es lo descrito, la palabra no es la cosa ¿Ocurre ello porque el hombre busca las causas en lo externo, en el medio que lo condiciona, esperando que el cambio exterior transforme al hombre interno? ¿Es porque se halla tan apegado a sus sentidos, dominado por sus requerimientos inmediatos? ¿Es debido a que vive tan enteramente en el movimiento del pensar y del conocer? ¿Es porque, siendo tan romántico y sentimental, se vuelve cruel en sus ideales, engaños y pretensiones? ¿O porque siempre es conducido como seguidor o se convierte en líder, en gurú?

Esta división como lo externo y lo interno es el comienzo de su conflicto y su desdicha; el hombre se encuentra preso en esta contradicción, en esta tradición sempiterna. Atrapado en esta división insensata, está perdido y se convierte en un esclavo de otros. Lo externo y lo interno son imaginación e invención del pensamiento; como el pensamiento es fragmentario, contribuye al desorden y al conflicto, lo cual implica división. El pensamiento no puede producir orden, un fluir sin esfuerzo de la virtud. La virtud no es la continua repetición de la memoria, de la práctica. El conocimiento-pensamiento está atado al tiempo. Por su misma naturaleza y estructura, el pensamiento no puede captar el fluir integro de la vida como un movimiento total. El pensamiento-conocimiento no puede penetrar inteligentemente en esta totalidad; no puede percibirla en modo alguno mientras siga siendo el percibidor, el observador externo que mira hacia lo interno. El pensamiento-conocimiento no tiene cabida en la percepción. El pensador es el pensamiento, el percibidor es lo percibido. Sólo entonces hay un movimiento, un fluir sin esfuerzo alguno en nuestra vida cotidiana".

"¿Han probado alguna vez mirar una cosa objetiva como un árbol, sin ninguna de las asociaciones, sin ninguno de los conocimientos que han adquirido acerca de él, sin ningún prejuicio, sin ningún juicio, sin palabras que formen una pantalla entre ustedes y el árbol, pantalla que les impide verlo tal como es verdaderamente? Traten de hacerlo y vean qué es lo que realmente ocurre cuando observan el árbol con todo su ser, con la totalidad de su energía. En esa intensidad encontrarán que no hay observador en absoluto, que sólo hay atención. El observador y lo observado existen cuando hay inatención. Si miran algo con atención completa, no hay espacio para un concepto, una fórmula o un recuerdo."

Yo sostengo que la Verdad es una tierra sin caminos, y no es posible acercarse a ella por ningún sendero, por ninguna religión, por ninguna secta. Ese es mi punto de vista y me adhiero a él absoluta e incondicionalmente. La Verdad, al ser ilimitada, incondicionada, inabordable por ningún camino, no puede ser organizada; ni puede formarse organización alguna para conducir o forzar a la gente por algún sendero particular... Ningún hombre puede, desde afuera, hacerlos libres; ni un culto organizado, ni la propia inmolación por una causa puede hacerlos libres; ni el formar parte de una organización, ni el lanzarse a una actividad, puede hacerlos libres... Tienen ustedes la idea de que sólo ciertas personas poseen la llave para entrar al Reino de la Felicidad. Nadie la posee. Nadie tiene la autoridad para poseerla. Esa llave es el propio ser de cada uno, y sólo en el desarrollo y la purificación y la incorruptibilidad de ese ser, está el Reino de la Eternidad". (Krishnamurti, J.).

SI ERES VIOLENTO

Ideas de las pláticas de J. Krishnamurti en Gstaad, agosto de 1985.

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